La perfección mata, la sabiduría comete un error cada día

Capítulo 7: LADRONES

miércoles, 20 de julio de 2011

Llego a casa a las 5 de la madrugara, trastabillando un poco con mis propios pies y riéndome de tonterías sin importancia. Tras varios intentos consigo meter la llave en la cerradura y entrar en casa. Dejo los zapatos en la entrada y me encamino hacia las escaleras, pero antes de llegar veo una sombra tumbada en el sofá. No me lo puedo creer. Es Jeremy que sigue picado por nuestra conversación y ha decidido dormir en el sofá. Será infantil… Pues que se joda, más cómoda dormiré yo. Enfadada subo a mi cuarto y me tiro con ropa en la cama, sin ganas de hacer nada más. Yo no quería hacerle daño, pero joder era mi opinión. En fin, me encantaría seguir cavilando sobre mis fracasos con mis propios amigos, pero el techo no deja de darme vueltas, así que aun vestida me meto entre las sábanas y dejo que el sueño venga a por mí y se lleve este horrible mareo con él. Pero se me olvida recordar que las mañanas son mucho peor.


-No puede ser, Kayla levanta tu asqueroso culo de la cama y baja a bajo, ¿te parece bonito abandonar a tu invitada? Me he encontrado con dos desconocidos que han sido mucho más amables que tú- abro medianamente los ojos pero el dolor de cabeza es insufrible así que vuelvo a cerrarlos, pero un proyectil lanzado por Sophie me da en plena cara. Es un cojín- No me hagas ir a sacarte de ahí jovencita.- Pone la voz que pondría una madre intentando levantar a su hija.


-Uhmmm... Soph no molestes, llevo un resacón del quince- mi voz suena pastosa y mi garganta está más seca que un maldito desierto. Incorporándome delicadamente en la cama, cojo la botella de agua y la vacío de un trago.


-Si sabías que venía, no tendrías que haberte ido de fiesta.


-Necesidad pura y dura.


-Ya claro- se queda unos segundos mirándome fijamente y empieza a reírse en mi cara- metete en la ducha, das pena. Te espero abajo desayunando.


Asiento y hago lo que me dice. El agua fría me quita todo el malestar de encima, menos el dolor de cabeza, este ni siquiera con aspirinas. Cuando estoy medianamente presentable, bajo a bajo para encontrarme con un despliegue enorme en mi salón. Tres portátiles esparcidos por la mesa, miles de papeles amontonados y cables por todos los lados. Me quedo atónita pensando que me he equivocado de casa, pero no, juro que esta es la mía. Mirando para todos los lados voy hasta la cocina y me sirvo un vaso de café. En el salón están los tres reunidos mirando algo. Me acerco a ellos e intento ver que les tiene tan concentrados, pero sus cabezas me tapan.


-¿Qué estamos haciendo?- pregunto tirándome en uno de los sillones de cuero beige y frotándome las sienes con fuerza.


-Estamos mirando los archivos de la policía que ha traído Sophie, tan solo son los nombres de los funcionarios que trabajan allí, pero nos conviene- dice Ethan sin si quiera mirarme.


-Gracias por contar conmigo en el plan- sí, me ha sentado como el culo.


-Estabas demasiado ocupada durmiendo después de tu borrachera- Jeremy me mira con odio, aún enfadado, joder, si que se lo ha tomado enserio.


-¿Qué son todos estos cables?- digo haciendo caso omiso de su comentario.


-He pasado a mi piso a por algunas cosas, ya sabes, mi especialidad son los ordenadores, se me dan tan bien como mal se me da la lucha. Con esto pretendo controlar el soporte informático de la comisaria, poder acceder a sus claves y ficheros, solo necesito que me conectéis a ellos, es decir, trabajo desde dentro.


-Ajá- dice Sophie sonriendo a Jeremy de acuerdo con su exposición del tema- y ahí es donde entras tu Kail.


-Veo que ya tenéis un plan montado- puede que suene infantil, pero jode ver cómo han podido montarlo todo sin mí.


-Oh vamos Kayla, esto es solo rutinario, era de lógica.


-Ya bueno- paso de seguir con el tema- ¿Cómo vamos a hacer el trabajo desde dentro? Para eso necesitaríamos tener acceso a sus ordenadores.


-Sí, bueno, ahí está la calve, necesitamos falsificar dos placas de policía para poder entrar en la comisaria y una orden para poder acceder a sus bases de datos.


-Es decir- digo sonriéndole a Sophie- hacer tu trabajo.


-Ajá, va a haber que disfrazarse- la idea me entusiasma pero a la vez me aterroriza, nosotros no somos actores, somos ladrones.


-Está bien- digo levantándome del sofá y acercándome a mi pantalla plana ahora mismo conectada a los tres ordenadores- ¿Jeremy puedes falsificar tu las placas?


-Si claro- dice mostrando su superioridad- está chupado, solo necesita las fotos, e introduciros en los archivos de la policía para que aparezcáis en sus datos por si a alguien se le ocurre husmear.


-Kayla tu entrarás con Ethan, os haréis pasar por agentes de asuntos internos, tienen poder frente a los comisarios e inspectores de cualquier comisaría, no os pondrán pegas- Sophie se acerca a mi lado y coge un mando de la mesa, tocando un botón aparece la foto de un hombre de unos cincuenta y tantos años- Este es Richard Forx, es el comisario de Santa Ana, es con él con quien tendréis que tratar.


-Espera Soph, ¿esperas que entre yo? Joder tu eres la experta en esto.- es absurdo, completamente absurdo.


-Me encantaría, pero hace unos años tuve un pequeño roce con Forx, nada sin importancia, le robe una pequeña pieza de su inmensa colección, no creo que se haya olvidado de mi.


-Joder, mierda, Soph que yo no sé hacer nada de eso.


-No te preocupes, Jeremy nos ha traído unos auriculares, son tan pequeños que apenas pueden detectarse y tienen un radio de alcance de kilómetros, con solo susurrar me oirás perfectamente, tu solo sigue mis instrucciones y listo.


-Ya tenemos auriculares, los de la agencia.

-Estos son mil veces mejor- dice Jeremy herido ante la falta de reconocimiento por su trabajo- son más pequeños y más eficaces.

Asiento sin más y me concentro en la foto de Forx, parece un hombre amable, pero ese hijo de puta está ayudando a que encierren a Ray, no sentiré pena en robarle unos pequeños papeles sin importancia.


-¿Para cuándo podrás tener las placas?


-En cuanto me deis las fotos.


-Está bien- digo acercándome a mi cartera y sacando una foto de carnet- ¿Servirá esto?


-Sí, perfecto.


Dejo a Jeremy haciendo su trabajo y voy a la cocina a por un bollito de chocolate, la tripa me ruge sin piedad.


-Está bien chicos- les digo con la boca llena y desde la cocina- empezaremos mañana, no quiero esperar a que pillen a Ray, a primera hora Ethan y yo iremos a la comisaria, vosotros esperad fuera por si hay problemas.


-Cielo si sigues mis instrucciones al pie de la letra no habrá problemas, mis planes nunca fallan.


-Ya Sophie, pero hablas conmigo, una ladrona no una puta estafadora, sin ofender- me mira sonriente apenas molesta por mi comentario.- Jeremy necesito que consigas micrófonos, quiero ponerlos en el despacho de Forx, puede que ahí encontremos más pistas, igual los ficheros no sirven.


Este asiente y me da a entender que los tendrá en seguida, la verdad es que es un hacha con toda la tecnología, yo no le llego ni a la suela de los zapatos, pero es incapaz de patearle el culo a nadie.


-Tenemos otro problema- me señalo de arriba abajo- Se supone que tengo que parecer una inspectora de asuntos internos, no jodáis, si ni siquiera aparento la edad que tengo.


-Un poco de maquillaje, un traje a media, unos tacones y lista-Sophie y sus looks- no tendrás problemas, la clave está en escoger los colores apropiados y el pelo controlado.


Le miro con cara de pocos amigos ante su expresión calculadora, sé en que está pensando, y no me gustaría estar en sus manos, llamarme rara, pero odio sentirme como un conejillo de indias.


-Voy a salir a comprarte un traje cielo, tu solo relájate, mis manos son mágicas.- Dice mientras sale por la puerta y se pone a canturrear una canción contoneándose en sus altos zapatos de tacón, mostrando todas sus curvas con un traje demasiado ceñido. Al girarme veo como tanto Jeremy como Ethan se han quedado mirando el culo de Soph, en fin, hombres, tan patéticos y predecibles como siempre.


Al cabo de unas dos o tres horas Sophie vuelve cargada de bolsas. Intento esconderme, pero por muy grande que parezca mi piso, no hay muchos sitios donde esconderse.


-¡Kail ya estoy aquí!- grita desde la entrada- ¡Ve a tu habitación que ahora subiré yo!


Dios no por favor. A regañadientes salgo de mi pésimo escondite en el cuarto de baño y me siento en la cama con las piernas cruzadas esperando mi muerte a manos de una estafadora de primer grado. Los minutos que tarda en venir me “amiga” se hacen eternos, las manos empiezan a sudarme y el cuerpo entero a temblar. Es curioso, no me importa lanzarme desde una azotea con un arnés y una cuerda para entrar a robar en un edificio altamente vigilado, pero me asusta ser el juguete de Soph.


-Ya estoy, a ver- suspirando y apresurada tira todas las bolsas en la cama, enterrándome con ellas- bien, sal de ahí abajo y siéntate en el borde de la cama. He comprado varios conjuntos para ver cuál te queda mejor, vas a sentirte como una modelo ehh- lo dice como si fuese algo bueno.


-Soph, por tu bien, deja de hablar y haz esto rápido.


-Vale, vale, no muerdas.


Después de dos horas termino con las pruebas de maquillaje, todo para acabar con una sombra blanca y negra bien difuminada, perfilador negro, una base y los labios intensamente pintados de rojos, algo que yo habría podido hacer en media hora, paso a las de vestuario, horrible, es la única manera de describirlo, tengo que probarme como treinta conjuntos diferentes aunque a la vez todos intensamente parecidos. Finalmente Soph se maravilla con un traje de falda negra de tubo un palmo casi más arriba de las rodillas, una camisa blanca de cuello redondeado, una americana a juego con la falda de manga tres cuartos con la vuelta de color blanco y unos zapatos de tacón, bastante más altos de lo que nunca he llevado con la puntera un poco abierta mostrando la uña de mi dedo gordo pintada de negro. Tengo que reconocerlo, cuando me miro en el espejo casi ni me reconozco, por fin aparento más de la edad que tengo al contrario que de costumbre, parezco una alta ejecutiva segura de sí misma y de lo que está haciendo. Mal que me pese, Sophie es una diosa.


-Dios mío, es increíble- no hay más palabras en el diccionario de Kayla que puedan describir lo que pienso.


-Eh chicas está Ray ab…- Ethan se queda boquiabierto en la puerta y me mira de arriba abajo sin cortarse un pelo- Dios santo, ¿Kayla? Pero si casi no pareces tu- aun con la boca abierta se gira hacia Sophie y sonríe- eres un artista.


-Lo sé- dice está orgullosa de nuestras reacciones y guiñándole un ojo.- ¿Qué querías?


-Ah si, claro, Raily ha venido, está abajo y quiere veros.


-¿Ray?- Sophie se ríe muy animada- esto se pone interesante.


4 comentarios:

Cali dijo...

Wow, está genial!!
Quiero máaas!!! =)

º-Xhexenia|-º dijo...

WOOoo!! estO va increible.. q bien q se quedo con la boca abierta ethan para q vea de q esta hecha K jjjaja!! :D Eres genial Nna!! me encanta y xcomo siempre corro a leerte.. cuidate..

besOoss!!

¡¡QuierO muchO muchO mas!!

Javier Muñiz dijo...

Hola, bellas letras van desnudando este precioso blog, si te va la palabra elegida, la poesía, te invito a mi casa, será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos sinuosos..

Lilian dijo...

masssssss >.< de verdad me quede con ganas de saber q pasaaaaaa :P avisame cuando saques el proximoooo!!! un besittoooo wapisimaaaa!!

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