Capítulo 4: Ladrones
lunes, 6 de junio de 2011
Aparco el coche en mi plaza de garaje, lo cierro con el mando a distancia y me alejo de él viendo como sus luces parpadeantes se despiden de mí. Subo en el ascensor hasta el piso número once, donde está mi apartamento. Es extraño, no he visto en todo el camino a Etha, ¿Se habrá perdido? En fin, me encojo de hombros y salgo del ascensor ya con las llaves preparadas, si se ha perdido mucho mejor para mí. Pero cuando giro la esquina me quedo helada. Ahí está él, con sus aires de indiferencia, apoyado en la puerta de mi casa, con la cabeza agachada y pinta de estar aburrido. ¿Cómo cojones lo ha hecho?
-Ahh, ya pensaba que te habías perdido- dice con su sonrisa perfecta. Dios, cada segundo que pasa lo odio más.
-Pensaba que habías tenido un accidente y te había perdido de por vida- paso a su lado y lo aparto de un fuerte empujón para meter la llave en la cerradura y abrir la puerta del apartamento- veo que por desgracia no ha sido así.
-Veo que eres tan amable como me había dicho Raily- entra detrás de mí, sin esperar una invitación por mi parte, la cual, obviamente, no hubiese tenido.
Enciendo las luces del salón y de la entrada. Dejo las llaves en la mesa y tiro la mochila al suelo, sin cuidado de donde caiga. Entro en la cocina y me bebo un gran vaso de agua. Ethan se queda parado donde está, observando el piso. Su mochila al hombro y una pequeña bolsa de viajes en la mano derecha. El pelo revuelto de cualquier forma pero que le da un aspecto bastante sexy, le tapa ligeramente los ojos de un apagado color verde. La camiseta negra de tirantes que lleva muestra unos brazos bastante musculados. Joder Kayla céntrate, deja de pensar en este gilipollas. Me giro sacudiendo la cabeza para apartar su imagen de mi cabeza, pero al darme la vuelta me lo encuentro de frente, y debido a la inercia acabo chocándome con él y derramando el vaso de agua al suelo.
-¡Joder! Avisa si vas a aparecer así de repente.
-Esperaba que tus reflejos estuviesen un poco más hábiles- dice sonriendo triunfal.
-Los pobres intenta apartar de su radar cierto tipo de cosas desagradables, como tú.
-¿Se puede saber por qué me odias tanto? Vamos a ser compañeros, se supone que tú y yo tenemos que llevarnos bien.
-En el manual no dice nada de que tengamos que ser íntimos, y lo siento, no suelo llevarme bien con la gente que se aprovecha de mi.
-Oh, no, yo no me aproveché de ti- su sonrisa se hace más ancha- creo recordar que te sentías bastante bien en mi compañía…
Con toda la rapidez que me caracteriza le empujo contra la encimera de la cocina, hace una mueca de dolor cuando su espalda choca fuertemente contra la esquina de esta. Le agarro con ambas manos de la camiseta tirándole hacia atrás. Su rostro está a escasos centímetros del mío. En el suyo se puede leer la incertidumbre y el dolor, en el mío el asco y la furia.
-Nunca, escúchame bien, nunca vuelvas a mencionar eso.
-¿No te gustó Kail?- pregunta mezquino, aun a sabiendas de que no está en muy buenas condiciones para una lucha- Yo pensé que disfrutaste mucho.
-Tu…- me quedo unos segundos más sujetándole por la camiseta, y después con un largo suspiro lo suelto, me aparto unos pasos y él se incorpora- ¿Por qué?- pregunto indiferente, aunque en el fondo es una pregunta que me lleva quemando desde que supe quién era- ¿Por qué lo hiciste si sabías quien era yo?
Me mira unos instantes sin responder, parece como si no hubiese entendido la pregunta. Después se encoje de hombros como si no tuviese nada de esto importancia.
-No es una pregunta que quiera responderte ahora mismo.
Asiento sin insistir un segundo más.
-Sígueme, te voy a enseñar tu habitación.
Sin una palabra más, subimos las escaleras y le enseño la habitación en la que va a dormir esta semana. Es pequeña pero suficiente para el tiempo que va a estar. Tan solo tiene una cama pequeña en una esquina, un escritorio de madera desnudo y un pequeño armario al fondo. Una vez que deja las cosas en el suelo, le enseño el cuarto de baño que puede utilizar. Meo voy para que se asee y me apresuro a entrar en mi habitación. Me quito la ropa rápidamente y me meto en la ducha. El agua caliente me sienta de maravilla, relajando todo mi cuerpo, despojando mi mente de cualquier pensamiento. Cuando el agua empieza a enfriarse, cierro el grifo y salgo empapando todo el suelo, otra vez Nana me ha dejado sin toalla para los pies. Pero bueno, es ella quien limpia. Voy hasta el armario dejando un rastro de gotas a mi paso y me pongo el pijama para meterme directamente en la cama, esta noche no tengo ganas de nada. Apago la luz, bajo la persiana y me meto entre las frías sabanas. La oscuridad me calma y el silencio apaga todos mis sentidos dejándolos casi aturdidos. Pero esta maravillosa calma no dura mucho, el móvil empieza a sonar.
-Ray, se suponía que esta semana ibas a dejarnos tranquilos.
-Hola preciosa, nah, solo quería saber que tal os había ido y como se había instalado mi angelito.
-Tu angelito- digo con veneno en mis palabras- estará estupendamente en la habitación de invitados que dejaste preparada, gracias por tu amabilidad.
-Siempre pensando en los demás, en el fondo soy un gran tipo.
-Quitando el hecho de que eres un ladrón retirado, que tienes a cientos de secuaces haciéndote el trabajo sucio, que no tienes ningún reparo en extorsionar, mentir, torturar o incluso matar, sí, eres un gran tipo Ray.- Digo irónicamente.
-Eres maravillosa Kail, lo sabes ¿no?- no obtiene respuesta, es una pregunta bastante lógica- en serio, sé que ahora me odias, pero con el tiempo descubrirás que trabajar con Ethan va a ser muy productivo para ambos… y para mí.
-No quiero discutir ahora, dejémoslo para otro día, estoy molida, me voy a dormir. Adiós Ray, esperaré impaciente la próxima misión- y le cuelgo antes de que pueda decir nada más. Dejo el móvil en silencio para que ya nadie pueda molestarme y me duermo en cuanto mi cabeza se apoya en la almohada.
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¡Joder! Me levanto de la cama asustada. He tenido un sueño rarísimo. Con los pies desnudos bajo las escaleras hasta la cocina a por un vaso de agua. Pero en el camino, ese sonido como de golpes que oía en mis sueños sigue molestándome. ¿Qué coño será? Cuando estoy en el piso de abajo se oyen más fuertes y por fin logro ubicar de donde vienen. Alguien está llamando a la puerta. Con un sonoro bostezo me encamino despacio hacia ella y la abro. Pero al ver lo que espera detrás de ella todo el sueño se me va de golpe. Es Jeremy. Tiene toda la ropa y las manos manchadas de sangre. Me quedo blanca y sin ser capaz de reaccionar. Las manos empiezan a temblarme y el corazón se me acelera.
-¿Qué coño te ha pasado?- pregunto histérica y echándome a un lado para dejarle pasar.
Él, con la mano derecha tapándose una herida del brazo, pasa a mi lado hasta el salón, y se tira cuan largo es en mi carísimo sofá de cuero, manchándolo todo de sangre.
-Eric y yo estábamos terminando el trabajo, pero las cosas se torcieron- hace un gesto de dolor cuando me acerco a él y le quito la mano del brazo para ver la herida. Pequeñas manchas negras empiezan a nublarme la vista, nunca he sido amante de la sangre y he de decir que no soy capaz de enfrentarme a ella.- Eh, K, no hace falta que hagas esto- dice acariciándome el rostro- la herida no es tan grave.
-Jeremy te han disparado- digo en susurros- la herida es grave, necesitas ir a un hospital.
-No puedo- dice mostrándome su media sonrisa perfecta- es una herida de bala, llamarían a la policía y me interrogarían, no podemos dejar que eso pase.
Sé que tiene razón pero yo no voy a poder ayudarle. Me levanto de su lado y voy a por unas vendas, gasas, alcohol para desinfectar la herida y unas pinzas. Cuando me ve con todo el material médico se ríe de mi, sabe que no voy a ser capaz de sacarle la bala y curarle la herida.
-Déjalo, llama a alguno de los chicos que vengan a ayudarte.
-Cuéntame que ha pasado- digo haciendo caso omiso de su comentario.
-Estábamos terminando la misión y las cosas se torcieron, la cagamos al desconectar la alarma, tenía una doble clave, y no nos dimos cuenta, entramos y sonó. Nos rodearon los guardias del museo, echamos a correr y salimos, pero uno de ellos acertó en la espalda de Eric, se cayó al suelo, fui corriendo a recogerle y me dieron en el brazo, Eric estaba mal, realmente mal, otra bala le acertó en el cuello y empezó a desangrarse rápidamente, tuve que irme y dejarlo solo, ¡LO ABANDONÉ!- las lágrimas empiezan a formarse en sus ojos, veo el dolor que siente, no me doy cuenta en un primer momento, pero yo también estoy llorando- salí corriendo en la moto, me siguieron durante unos minutos pero luego los perdí, vine aquí en primer lugar, te llamé al móvil pero no me lo cogías y luego estuve diez minutos aporreando la puerta hasta que abriste, siento haber venido pero yo…- le corto poniéndole un dedo en los labios.
-Has hecho bien, no podías ir a tu casa.
-Dios Eric está muerto.
Le miro a los ojos apenada y lo abrazo para consolarlo, pero la muerte de su compañero es algo que no va a superar con facilidad, ni yo tampoco.
-Ay- grita cuando al moverme le presiono la herida.
-Lo siento- empiezo a revolotear a su alrededor pero soy incapaz de hacer nada, me estoy empezando a marear enserio con tanta sangre.
-¿Qué pasa Kayla?- Es Ethan que baja somnoliento las escaleras, y cuando ve a Jeremy se queda petrificado. Por primera vez desde que descubrí quien era, me alegro enormemente de verlo.
5 comentarios:
wOO como siempre me encanta!! ethan es tan misteriosO, como que me da q es algo raro y oculta cosas, sabe mas de lo q aparenta jaja!! se esta ponbiendo buenO estOOoo
Bien guapa!! BesOOOoss***
Ya empieso a querea a ethen.. veremos si se puede llevar mi corazOn <3
Tengo mcuhas cosas ya pensadas... perotengo que ordenarlas porque sino mal jajaa
oohh ya veras yaa! Ethan te acabara gustando, o eso espero^^
si si siiiiii!!! esto se pone geniallll!!! >.<
SIII!!!
Por favor.. necesito más...!!!
xDD felicidades, está muy biem, Kayla me encanta.. y pobre Eric.. aparte de pobre Jeremy.. tener abandonarlo..
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