Ladrones: Capítulo 1
martes, 10 de mayo de 2011
Hola, me llamo Kayla y tengo veinte años y mi vida se resume básicamente en dos conceptos, robar y salir pitando. ¿Qué a que viene lo de robar? Fácil, soy una ladrona profesional, trabajando para asociación de Raily, lo más cercano que tengo a un padre, si es que puede denominarse como tal.
Cuando era un bebé, mis padres biológicos, esos bastardos, me abandonaron en un orfanato en el que viví hasta los siete años, edad a la que escapé de ese mugriento lugar. Sobreviví en la calle hasta los diez años, cuando Ray me encontró y me incorporó a sus filas, bueno, tecnicamente no empecé a trabajar para él hasta los 16, pero me cuidó durante esos 6 años y me enseñó todo lo que se. Mis conocimientos informáticos y mis habilidades en la lucha y defensa personal. ¿Que por qué trabajo para un tío haciéndole el trabajo sucio para que él se enriquezca con mis capturas? Sinceramente, porque es lo único que sé hacer y se me da de puta madre y porque la recompensa es bastante elevada. Sí, tengo un sueldo, y uno que dejaría boquiabiertos a más de la mitad de la población estadounidense. Un sueldo que me permite tener un precioso dúplex en el centro de Nueva York, con grandes cristaleras y de una decoración exquisita (si, esto último fue obra de Ray, a mi me importa una mierda la decoración, solo quiero un lugar donde poder descansar) y lo mejor de todo, un preciosísimo Aston Martin dbs de color plateado guardado en el garaje. Dios enserio, no sabéis lo que es conducir hasta que probéis a mi bebé.
La asociación está encabezada lógicamente por el fundador Raily Ropers. Cuenta con algunos accionistas, bueno en castellano, algunos peces gordos que le han caído en gracia a Ray y les deja llevar la contabilidad de las ventas en el mercado negro, que es donde acaban todos los objetos robados de sus, como el nos llama, angelitos. Todos nosotros, una panda de adolescentes casi todos, hemos salido de la calle, de donde él nos recoge y nos envía al "instituto" para prepararnos para el trabajo que desempeñaremos una vez hayamos terminado nuestra iniciación. Cuando el sujeto en cuestión está listo es enviado al cuartel, sí es triste, pero así es como lo llamo, que queréis una chica sin estudios no tiene mucha imaginación y lo que veo en las películas es lo que conozco. El cuartel es el lugar donde recibes todas las instrucciones para tu próxima operación. Está en un descampado a las afueras de Manhattan, fuera de ojos inapropiados. El cuartel está formado por una enorme sala con inmensas pantallas e innumerables ordenadores, hay unos cuantos trabajadores fijos no pasan de los veinte, y los demás solo lo visitamos cuando hemos terminado una operación para llevar el botín y recibir las instrucciones de la siguiente. Cada uno de nosotros tiene su propio ordenador con su propia pantalla.
Nuestro sueldo va en función de la dificultad de nuestros robos y de los objetos de valor sustraídos, y por eso tengo la casa y el coche que tengo. Yo soy la mejor. Puede parecer egocéntrico pero es la verdad.
Porque aunque mida tan solo 1,62cm. Puedo patear culos mejor que la media. La mayoría de la gente me ve como una pequeña inocente (casi nadie acierta con mi edad, es patético ver cómo te quitan dos o tres años), de pelo rubio, ojos azules y tez bronceada. Ese es el mayor error que puedan cometer. Mis conocimientos informáticos están por encima de la media, soy capaz de eliminar las alarmas de cualquier edificio controlado informáticamente en menos de diez segundos, puedo acceder a la base de datos de cualquier ordenador sin ningún tipo de problemas, por lo menos, no he encontrado ninguno todavía, robando y descargando cualquier archivo confidencial sin dejar rastro.
Mis conocimientos en la lucha son más que impecables, puedo tumbar a un tío del doble de mi tamaño sin despeinarme, soy rápida y fuerte.
Pero mi mayor tesoro es mi flexibilidad, soy capaz de pasar por cualquier conducto de ventilación y lo mejor de todo, puedo atravesar los rayos invisibles conectados a las alarmas paralelas, colocados casi siempre en los museos guardando el objeto de mayor valor, gracias a ella, eso es lo que me hace tan especial, soy la única que lo ha conseguido hasta la fecha. Tan solo tengo una misión a la semana, aunque últimamente las mías se hacen bastante pesadas ocupándome los siete días enteros sino son más. Mi uniforme consta de un mono negro ajustado totalmente al cuerpo, con un cinturón lleno de bolsillos repleto de armas: dos cuchillos pequeños, uno grande, unos alicates, un destornillador, un punzón y una Glock 9mm. Semiautomática. Y por propia seguridad todos tenemos que llevar auriculares conectados a la central y una pequeña cámara instalada un poco más arriba del pecho.
La mayoría de los agentes, por no decir todos, trabajan en parejas, todos menos yo. Yo trabajo sola, no quiero tener que depender de un gilipollas continuamente, y eso Raily lo respeta, o lo respetaba.
-¡Qué! Ni de coña, sabes que yo trabajo sola Ray, no necesito a ningún maricón siguiéndome los pasos. Me retrasaran en el trabajo.- Estoy gritándole al maldito teléfono móvil desde el cual estoy hablando con el imbécil de mi jefe, que pretende asignarme un compañero.
-Kail, no te pongas así, todos trabajan en parejas y tu has estado mucho tiempo desobedeciéndome, es hora de que cumplas como los demás- Su voz es suave y armónica, pero puedo leer entre líneas que es una puta orden.
-Ray sabes que acato cualquiera de tus malditas órdenes sin rechistar pero esta no, no puedes hacerme esto- no podía estar ocurriendo, yo, con un compañero, con otro agente, puajj!
-Está decidido Kayla y no hay más que hablar joder, siempre con tus putas evasivas, tú decides o lo coges o lo dejas- le gruño al auricular pero no soy capaz de contestar, no imagino mi vida sin este trabajo. Ray toma mi silencio como una rendición de mi parte y prosigue- Llegará el próximo jueves, tienes tiempo de terminar la misión de esta semana y descansar. Todo su perfil informativo te ha sido enviado a la central, está en tu ordenador, espero que hoy sin falta vayas a recogerlo Kail, quiero que tengas bien aprendido a tu compañero. Empezaréis a trabajar juntos dentro de dos semanas, el tiempo que tenéis por medio quiero que lo utilicéis para adecuaros el uno al otro y que le enseñes la ciudad. Espero que seas una buena anfitriona y le ofrezcas tu casa por unos días hasta que pueda encontrarle un piso cerca del tuyo, no me gustaría oír decir que has dejado a uno de mis angelitos en la calle.
-¡Y una mierda! ¡No pienso meter a nadie en mi casa!
-Oh si querida, si lo harás, y deja de darme la cháchara y ponte a trabajar, quiero que entregues mañana el orbe en la centras y ya de paso recojas los datos de Ethan.
-Eres la peste Ray.- le digo con ácido en la boca.
-Yo también te quiero princesa- y cuelga sin darme tiempo a contestar.
Me tiró al suelo y empiezo a gritar, esto es una puta pesadilla. Tras media hora de una rabieta infantil incontrolable me meto a la ducha. Me lavo el pelo y me arregló, hoy necesito salir de fiesta. Como ya he conseguido el orbe no me queda más que disfrutar de la juventud, porque aunque parezca extraño, a los ladrones también nos gusta ir de bares.
Me pongo un vestido gris perla ajustado al cuerpo de palabra de honor monísimo, me queda de muerte, mis curvas se amoldan perfectamente a él. Mi calzo unos zapatos de tacón de aguja negros, recojo mi melena rubia en una coleta alta, recojo el bolso donde llevo lo imprescindible: móvil, llaves de casa, auricular, paquete de tabaco y mi 9mm, no voy a ningún lado sin ella. Y tras el recuento, salgo dando un portazo. Salgo caminando para que el aire fresco de mitad de septiembre me despeje y entro en el primer bar que pillo. Me acerco a la barra y al ver la mirada voraz del camarero decido coquetear un poco con él.
-Un Vodka Red Bull guapo- le digo con una amplia sonrisa.
-Para ti todo señorita- y se va guiñándome un ojo.
Cuando vuelve con mi copa y voy a pagarle una mano caliente me para.
-Yo pagaré la bebida de la señorita.
Un chico joven, de ojos verdes, cabello claro, dientes blanquísimos y una tez más morena incluso que la mía, me sonríe. Es bastante alto, aun con mis tacones no le llego más que a la nariz y se ve bastante musculado, ¡Dios está buenísimo!
-¿Puedo saber el nombre del chico que acaba de pagar mi copa?
-Sí, me llamo Matt, ¿Y tú?
-Soy Rose- miento, no me gusta revelar nunca mi nombre a cualquiera de mis ligues. Demasiada información.
Coqueteamos durante bastante rato, y cuando decido parar de beber para no perder toda mi coordinación, le invito a subir a mi casa, a lo que acepta de lo más encantado. Dios que mono es, si mi vida fuese normal, me gustaría salir con él.
6 comentarios:
porque me parece que este querido matt puede ser su compa;ero? muahhahaha, ya veremos
porque eres tan jodidamente inteligente y acabas pillandolo todo? jajaja
que te a parecido?
wOOo sii yo tambien lo sospeche y ahora ya esta confirmadOO!! con q buenO hee(?) ...
Ya kierro ver la reaccion de Kayla!!
geniaLl!! ya kiero leer el otrO cAPi
holaaa1!! estoy al corrietne de la historia y me ha encantado el capitulo, siento ke matt tiene algo ke ver pero bueno te dejo mi super huella YO ESTUVE AQUI!!!
*O* q interesanteeeeeee >.< me voy q tengo q leer aun 3 capis jijijij q biennn!!
Weee!!!
Ta bieem!! SOlo que aunque no lo digas ni entre líneas, se sospecha un poco de que el tal Matt es Ethan, xD
Por casualidad no se llamará Kayla A. Minch, verdad?¿
Ni caso... xDd,.. tonterías mías.
Me gustó mucho!!
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